Se atribuye a la escritora y conferenciante estadounidense Helen Keller la cita de que «ningún pesimista ha descubierto nunca el secreto de las estrellas, o navegado hacia una tierra sin descubrir, o abierto una nueva esperanza en el corazón humano». Si estamos abocados en nuestra inmensa mayoría a lidiar con los retos de la Inteligencia Artificial (AI, por sus siglas en inglés), no parece que tenga demasiado sentido la ola de pesimismo que parece extenderse, por la que ver las amenazas para el tejido laboral y la cohesión social nos resulta más factible que apreciar sus oportunidades a nivel de productividad y avances en múltiples campos.
Perhaps as a reaction against this wave of pessimism, the company specialising in omnichannel solutions, Genesys, has just published the results of a survey of a thousand US workers (1,001, to be exact), with a surprising headline: 7 out of 10 have an optimistic attitude towards new technologies linked to AI. And in the face of so many doomsayers, only 1 in 20 (5%) say they don't like it because it puts their jobs at risk.
Ese temor es compartido, por 1 de cada 5 trabajadores (19%), cifra indudablemente menor que el 32% que expresan lo contrario. Así, para casi 1 de cada 3, la idea es que la IA tendrá un impacto positivo en los próximos cinco años. Y esto no es lo más llamativo: es que ese porcentaje se incrementa a una gran velocidad con respecto a encuestas precedentes. Además, 3 de cada 4 participantes en el estudio afirman con seguridad que «rara vez» o «nunca» se sienten amenazados por la irrupción de esta nueva tecnología, frente a un exiguo 4% que dice sentirse amenazado «siempre». ¿Paranoia o anticipación la de estos últimos?
De los datos de esta investigación se desprende que existe cierta disonancia entre lo que los trabajadores consideran que va a suceder y su percepción del fenómeno para sus propias carreras. Por un lado, más de la mitad (52%) dicen que la AI no ha afectado a sus empleos, pero es una cifra que se reduce de manera drástica (29%) de cara al impacto en los próximos 5 años. Y esto es así porque la gran mayoría (68%) explican que su empresa «aún» no utiliza herramientas para aprovechar la inteligencia artificial. Un dato, por cierto, y también para sorpresa de los menos iniciados, en el que no existen grandes diferencias entre empresas grandes y pequeñas.
¿La AI del futuro será un compañero amigable, o será un enemigo? ¿Cómo afecta su irrupción a la interacción social, la ética empresarial y las habilidades de los empleados? «Algunos trabajos evolucionarán a medida que el trabajo humano se combine con las capacidades de la IA. La clave para las organizaciones que adoptan esta tecnología inteligente es ayudar a los empleados a comprender su potencial para hacer que sus trabajos sean más satisfactorios al eliminar las tareas mundanas y fácilmente automatizadas. Esto abre la puerta para que más empleados apliquen habilidades que la AI simplemente no puede reemplazar, como la creatividad, el liderazgo y la empatía», afirman los responsables de este informe.
Some additional findings related to this research for the United States are as follows:
– 2 de cada 3 (66%) dicen que la tecnología los hace más eficientes en sus trabajos. Esta respuesta es exactamente la misma en los tres rangos de edad encuestados.
– Un porcentaje relativamente pequeño, el 8% de los empleados de los EEUU, afirma que no les gusta la nueva tecnología en el lugar de trabajo porque les «quita las tareas fáciles».
– El temor al impacto de la AI es sensiblemente mayor entre los empleados a tiempo parcial (25%) que entre los trabajadores a tiempo completo (18%).
– Contrariamente a lo que pueda pensarse, los temores están mucho más presentes entre los empleados más jóvenes que entre los del grupo de mayor edad. El doble, para ser exactos: 26% en el rango 18 a 38 años, frente al 13% en el rango de más de 55 años.
– Confianza en los superiores: casi el 70% de los empleados de EEUU confían en que sus empleadores utilicen la AI de una manera ética.
A research that has its main value in the questions it raises and therefore in the need to seek adequate answers so that, with the inevitable penetration of new technology, we are able to maintain the banner of Keller's ideas, to continue discovering stars, sailing towards unexplored lands, or to open up new hopes in the human heart.
Photo by Drew Graham on Unsplash