Vivir dentro de la vorágine de la transformación digital, y vivir el fenómeno día a día, puede ser un impedimento a la hora de detectar las verdaderas tendencias que configuran el desarrollo de esta evolución constante. Sin embargo, es necesario apuntar hacia esos escenarios todavía en fase germinal, ya que sin ellos estamos condenados a movernos en mercados saturados de competidores, donde todos están aplicando las soluciones digitales que en su momento resultaban innovadoras.

En nuestra permanente observación al entorno profesional en disciplinas de presente y de futuro nos encontramos hoy con un informe sobre cuatro «macro tendencias» que estructuran el paradigma de las industrias digitales. Hablamos de la impresión en 3D, las tecnologías inmersivas, la Inteligencia Artificial y el neologismo edge computing, que hace referencia a la capacidad de toma de decisiones autónoma por parte de dispositivos conectados a la Internet de las Cosas (IoT).

El informe es relevante dado que lleva la firma de Aroop Zutshi, presidente global y socio gerente de Frost & Sullivan, la firma que en 2009 se hizo cargo de la hoy Sociedad de Profesionales de Inteligencia Estratégica y Competitiva (CSIP), que es la entidad de mayor rango a nivel internacional dedicada al estudio de las materias que confluyen en la disciplina de la inteligencia competitiva. Esta empresa ha identificado estas cuatro realidades como macro tendencias digitales clave destinadas a influir en el tejido industrial. «Cuando se capitalizan adecuadamente, se espera que las estrategias de digitalización y sus métodos de implementación se conviertan en el único criterio para determinar el éxito de una empresa en el futuro», afirma su presidente.

Yendo capítulo por capítulo, Zutshi considera que la «computación perimetral» (que es como podríamos traducir edge computing), tiene como principal virtud el ahorro de tiempo y de costes en verticales de fabricación industrial, a la vez que garantiza un procesamiento correcto de datos, tanto en el momento del análisis como en su trazabilidad.

Además, y frente a quienes ven una posible colisión entre la tendencia edge y la tendencia cloud, desde Frost & Sullivan se considera que la computación en la nube es un apoyo fundamental si de lo que se trata es de tomar decisiones críticas y en tiempo real por parte de la alta gerencia empresarial. «Como las tecnologías informáticas de vanguardia aún no están completamente desarrolladas, hay un amplio margen para agregar y modificar características adicionales para acelerar la adopción industrial y crear un alto impacto», agrega.

En cuanto a la Inteligencia Artificial, afirma que «tendrá un poderoso impacto en todos los niveles de operación en los sectores industriales y comerciales», que se verá reforzado por la maduración de la tecnología y la paulatina reducción de costes.  El futuro de la IA se volverá factible en aplicaciones emergentes como automóviles no tripulados, líneas de producción de fábricas y robots industriales.

«La IA permite que las máquinas en la fábrica escuchen sus sensores, analicen los datos y ajusten sus parámetros de trabajo en consecuencia, con la aprobación humana». Gracias a ello, habrá mejor comunicación M2M (machine to machine) para solucionar errores, mejorar la productividad de forma «drástica», reducir los tiempos de inactividad y ahorrar costes, además de una reducción a una probabilidad de casi cero de que se repitan errores detectados gracias al aprendizaje de las propias máquinas.

Por otro lado, estamos de veras a las puertas de poder utilizar la Realidad Aumentada (AR) y la Realidad Virtual (VR) más allá de los juegos y de la venta minorista. En breve estas tecnologías inmersivas tendrán amplio impacto industrial por su capacidad para replicar escenarios reales y permitir la interacción de los usuarios. Tienen el potencial de remodelar áreas de fabricación importantes, como el diseño industrial, la capacitación y el mantenimiento de la máquina, además de beneficios indirectos como la capacitación y la seguridad de los empleados en entornos peligrosos. De hecho, 4 de cada 10 grandes empresas ya utilizan tecnologías inversivas para capacitar a nuevos empleados en maquinaria sofisticada y procesos de producción.

Otros usos interesantes de las tecnologías de inmersión pasan por la I+D+i, y el diseño y desarrollo de productos. Nos permitirá dejar atrás escenarios clásicos e ineficaces, donde se cruzan prototipos, departamentos y consensos, y saltar a ámbitos de trabajo colaborativo que cumplan con todos los puntos de una lista de verificación. Una vez más, menos tiempo y menos costes, para poder invertir más en comercialización y eficiencia.

Por último, hay que hablar del necesario camino que han de abrirse las «tecnologías aditivas» (o impresión en 3D) en las plantas de fabricación. La siguiente fase nos lleva a la extensión de capacidades desde la creación rápida de prototipos hasta la línea de ensamblaje, en el sentido de fabricar piezas que constituirán el producto final. Si de lo que se trata es de mantener la calidad reduciendo los lazos de entrega, y añadir valor añadido como la personalización, la impresión 3D puede ser el aliado definitivo.

«La impresión 3D permitirá a los fabricantes tratar de manera eficiente la mezcla de productos de bajo volumen sin afectar los tiempos de entrega», afirma Zutshi, quien vaticina un especial impacto en los sectores automotriz y aeroespacial, como pioneros en la adopción de tecnologías aditivas.

«Con el cambio dinámico impulsado por la mentalidad del consumidor, las organizaciones globales buscan formas innovadoras de mantenerse cerca del consumidor y traducir sus necesidades individuales en productos, servicios y experiencias personalizados. Esto requiere la combinación de múltiples capacidades para iniciar una era de colaboración a largo plazo entre los expertos operacionales y los asistentes de software del mundo industrial», concluyen en Frost & Sullivan, quienes también auguran un crecimiento exponencial de las asociaciones funcionales entre dispositivos, así como un prometedor futuro para la mano de obra: «todo el alboroto por la reducción de la fuerza laboral y la falta de talento se volverá menos relevante a medida que se avancen y se generen más oportunidades laborales como resultado de la convergencia».

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