¿Por qué es necesario reinventarse cuando hablamos de inteligencia competitiva? Básicamente, porque lo digital es un camino de disrupción constante, con innovación permanente, y que somete a nuevos e imprevistos retos a los equipos que tienen por misión extraer inteligencia de los datos y convertirlos en negocio para sus empresas. Hablar de inteligencia es hablar de encontrar e interpretar datos, en un entorno con una presencia online y una huella digital en crecimiento exponencial, que exige el desarrollo de nuevas prácticas y procesos en cada una de las fases de la tarea.

Por eso es bueno estar al tanto de la evolución en los mercados con mayor conocimiento en la materia, y si hablamos de «punta de lanza» debemos mirar de forma inevitable hacia el mercado anglosajón, de donde podemos obtener informes y anotar tendencias en lo relativo a inteligencia competitiva. Una de las firmas de referencia en este sentido es Crayon, que en breves fechas aportará su informe sobre Inteligencia Competitiva y de Mercado 2019. Así que es un buen momento para echar de manera fugaz la vista atrás y anotar qué fue lo que ese informe, que según sus autores es el más extenso en la materia, mostró el año pasado. 700 entrevistas en puestos de toma de decisiones a lo largo de cuatro meses, cuyas conclusiones se pueden abordar siguiendo este enlace.

El resumen ejecutivo de dicho informe entrega algunas tesis dignas de mención:

– A las pequeñas empresas se les atraganta la inversión en técnicas de inteligencia competitiva y de mercado, pero en las grandes no supone ya una gran novedad: el 89% de las grandes compañías cuentan de hecho con personal exclusivamente dedicado a esta tarea, y 1 de cada 4 (26%) utilizan tres o más herramientas de Inteligencia Competitiva.

– Muchos de los equipos, programas e iniciativas son, no obstante, de reciente o muy reciente creación, con 4 de cada 10 entonces en su primer año de andadura, y solo 1 de cada 5 (22%) con unos objetivos claros y definidos.

– Casi la mitad (49%) vieron beneficios cuantitativos directamente ligados a la adopción de estas técnicas, y un mayor porcentaje (61%, porcentaje que incluye al anterior) consideró que se puede hablar de beneficios, al menos, cualitativos).

– Una muestra de cuánto camino virgen queda por recorrer es que casi la mitad (43%) del tiempo que se dedica a la inteligencia competitiva se entrega a tareas de investigación, mientras que el restante se emplea en análisis o investigación. Es un indicativo de la todavía inmadurez del mercado, que se refuerza si se tiene en cuenta que la mayoría declaró estar haciendo el seguimiento de 10 o menos fuentes de datos, «que no llegan ni siquiera a cubrir la huella digital de una compañía», señalaron los autores del informe.

– A pesar de todo lo anteripr, la gran mayoría (77%) consideraba ya entonces que tener una visión holística de la inteligencia sobre los competidores es importante si hablamos de éxito en los negocios. Y para un porcentaje similar (79%) contar de forma puntual con dicha información es un factor crítico de éxito, a pesar de que recolectar toda la información pueda suponer un uso de tiempo considerable.

– Además, hay un consenso generalizado en que toda esta labor no sirve de gran cosa si no acaba en las manos de los puestos relevantes de una empresa. Lo que no deja de ser chocante con el sistema «primario» (e-mail, 84%), que se utiliza para transmitir la inteligencia.

Permaneceremos atentos a la actualización de este informe para comparar la evolución de un año a otro. Seguro que podemos tomar nota de las principales evoluciones, y compartirlas en nuestro blog, siempre orientado a dotar de valor a las actividades que mayor negocio generan en nuestros clientes.

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