Nuestro Socio-director, Juan Bosco de la Rocha, ha publicado recientemente una tribuna de opinión donde cuestiona cómo es posible que en pleno s.XXI haya en España 4 millones de vehículos dados de alta, pero sin seguro. A pesar de ser una práctica del todo ilegal que conlleva serias implicaciones, resulta inquietante ver la cantidad de conductores que deciden ignorar esta obligación legal.
De acuerdo con los datos proporcionados por la DGT, al finalizar el año 2022, el parque de vehículos en España alcanzó la cifra de 37.514.305 unidades. Sin embargo, resulta preocupante que solo 32.906.794 de esos vehículos estén debidamente asegurados. En otras palabras, aproximadamente el 10% del total de vehículos en el país se encuentra en un estado de ilegalidad. Esta situación plantea un riesgo significativo tanto para los conductores involucrados como para los demás usuarios de las vías, generando importantes implicaciones legales y financieras.
Es importante destacar que la legislación es clara en este aspecto, exigiendo que “todo propietario de vehículos a motor que tenga su estacionamiento habitual en España estará obligado a suscribir y mantener en vigor un contrato de seguro”.
Al margen de las consecuencias legales, e incluso penales, que esta situación puede deparar a aquellos conductores que circulen sin seguro, pensamos que desde un punto de vista empresarial, las aseguradoras del ramo Auto tal vez puedan sacar partido de esta situación y contribuir con ello a reducir el problema.
Así, más allá de las estrategias para identificar, sancionar y prevenir la circulación de vehículos sin seguro que se deban implementar desde la Administración, incluidas las campañas de concienciación y educación que desde el Ministerio del Interior o más concretamente desde la DGT se puedan lanzar, las compañías aseguradoras sin duda que podrían formar parte de la solución y contribuir a minimizar el problema aplicando sus herramientas habituales de marketing para captar este tipo de vehículos.
¿Y cómo se nos ocurre que podrían hacerlo? Pues desde nuestra experiencia en la prevención de las bajas y la recuperación de clientes en el mundo del seguro, se nos ocurre, por ejemplo, que estas compañías podrían esforzarse en tratar de identificar en sus plataformas de retención aquellas fugas de clientes que en realidad sean “bajas vegetativas del seguro”, es decir, que respondan a tomadores del seguro que deciden dar de baja el seguro de ese vehículo de forma definitiva y que, por tanto, no obedezcan a un cambio de compañía aseguradora motivado por la búsqueda de unas mejores condiciones o derivado de una transferencia del propio vehículo.
Si de forma inteligente las compañías son capaces de identificar estos perfiles, posteriormente, cruzando esos vehículos con los dados de alta en el parque DGT podrían determinar si realmente se habrían dado oficialmente de baja o si, por el contrario, se mantienen en circulación de manera clandestina.
Esto permitiría a las compañías identificar cuáles y cuántos vehículos han pasado a esa situación irregular y plantear acciones para recuperarlos mediante promociones específicas, productos aseguradores ad-hoc o acciones especiales dirigidas a este tipo de bajas.
Adicionalmente, podrían analizar las características de estos vehículos sin seguro (antigüedad, marca, modelo, provincia, histórico de transmisiones de cambios de titularidad, etc), para obtener arquetipos de este perfil de bajas y buscar gemelos entre el Parque DGT que formen parte de los, aproximadamente, 4 millones de vehículos no asegurados que existen en España, y así diseñar estrategias de marketing más amplias dirigidas a este interesante nicho de mercado, lo que sin duda, contribuiría a reducir este importante problema.
Aludiendo a John F. Kennedy y su famoso discurso de investidura como Presidente de los EEUU en enero de 1961, cuando dijo: “no te preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”, cabría ahora hacer una llamada a la acción a las compañías aseguradoras para pedirles que se pregunten qué puede hacer la Administración para resolver este importante problema sino que, por el contrario, se pregunten qué pueden hacer ellas para contribuir a minimizar el volumen de vehículos a motor sin seguro, pues además, su involucración en la solución les permitiría obtener un sustancial rédito de ello, tanto reputacional como económico.
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