Una de las áreas de especialización de BRAINTRUST es la «inteligencia competitiva», binomio que todavía es desconocido para muchas compañías y que sin embargo es una de las inversiones más rentables a las que pueden acudir. Nos hemos propuesto en este post arrojar un poco de luz sobre este concepto que al otro lado del «charco» Atlántico manejan con fluidez y soltura, y que se viene revelando como uno de los activos más importantes con los que puede contar cualquier empresa.
Para entender el concepto de inteligencia competitiva podemos acudir a la definición de la misma que aporta la Asociación Española para la Calidad (AEC), que explica en su página web que estamos ante un proceso «de obtención, análisis, interpretación y difusión de información de valor estratégico sobre la industria y los competidores, que se transmite a los responsables de la toma de decisiones en el momento oportuno». Sin duda, un batallón de palabras con un alto peso específico que conviene repetir: uno, información de valor estratégico; dos, competidores; tres, toma de decisiones; y cuatro y no menos importante, la oportunidad del momento.
La inteligencia competitiva entronca con múltiples disciplinas de las que se nutre y a las que a su vez devuelve un enfoque diferencial y optimizado. ¿Tiene que ver con el marketing? Sí, pero a diferencia de los análisis de mercado estáticos o estacionales, en esta disciplina identificamos hechos y evidencias valiosas para la competitividad, y no solo sobre el mercado en sí mismo. ¿Tiene que ver con el desarrollo tecnológico? Evidentemente, pero siempre en la medida que determine acciones a partir de los movimientos estratégicos del entorno. ¿Tiene que ver con la innovación en procesos? Sí, por cuanto su objetivo es anticiparse a las capacidades de los competidores. Y a todas esas disciplinas orienta en su actividad posterior, porque es capaz de generar un marketing basado en hechos y evidencias, un desarrollo tecnológico inspirado en el entorno y una innovación en procesos que mira no hacia dentro, sino hacia la anticipación frente al mercado. Hasta existe una norma española, la UNE 166006:2011 que lleva por título muchos de los aspectos que acabamos de comentar: Gestión de la I+D+i: Sistema de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva. En la norma también encontramos esas referencias al desarrollo, a la innovación y a la tecnología.
Nosotros vamos más allá de la norma. A todo lo anterior en BRAINTRUST le sumamos el «cliente» como pieza fundamental del puzzle, y el seguimiento del «entorno» (coyuntura macro, sectorial y marco regulatorio), buscando la diferenciación. En BRAINTRUST somos expertos justamente en analizar el mercado, la competencia y el cliente, a nivel nacional e internacional, y aportamos una metodología testada e implantada con éxito en diversos países (España, Portugal, Chile y Brasil, entre otros), y también en múltiples sectores. Actualmente tenemos en marcha distintos «observatorios» con una metodología aplicable a ámbitos como la Energía, las Telco, los Seguros, o la Salud, en los que siempre hemos trabajado para las compañías líderes de cada uno de esos sectores.
De esos observatorios, debemos llamar la atención sobre los que denominamos «Observatorios 360º de la Competencia», que desarrollan e implementan una metodología probada desde hace ya 10 años, y cuyo objeto es la recolección de información de un mercado y una industria, para analizarla de forma continua y elaborar alertas de los hitos más significativos de la competencia. Su alcance puede resumirse en la obtención de todas las acciones above y below the line (ATL y BTL), a través de un panel de clientes propios y de la competencia, la estimulación de procesos claves de estudio, el análisis de la oferta táctica, y el seguimiento de los indicadores sectoriales. Más allá de un mero ejercicio teórico, el Observatorio se encamina a una fuerte orientación práctica, ya que de su puesta en marcha se derivan entregables para el cliente como la “Mesa de competencia mensual”, los informes semanales, el “Marketing Tracking Tool”, y los estudios ad-hoc solicitados mes a mes.
Nuestra experiencia en Inteligencia Competitiva se complementa con el Observatorio de la Innovación, el Benchmark de Procesos y el Maturity Model de la Experiencia de Cliente. El primero nos sirve para detectar innovaciones en el entorno, en el sector de nuestro cliente o en sectores afines, para realizar una ficha de la misma y estudiar sus posibles casos y aplicaciones. Gracias a las peculiaridades del Benchmark de BRAINTRUST, poseemos una capacidad exclusiva para complementar los análisis internos con una visión de referencia sobre la actividad del cliente frente a la de su competencia. Por último, nuestro «maturity model» nos permite hacer un análisis preciso sobre el nivel de servicio ofrecido por la competencia de nuestro cliente, para determinar cuál es la experiencia que genera en el mercado y dar pautas sobre cuál habría de ser la política a adoptar en dicho terreno.
Estos son los grandes trazos de la inteligencia competitiva y de cómo la entendemos en BRAINTRUST. Estamos convencidos de que cada paso que podamos facilitar aplicando esta disciplina es un impulso a la línea de negocio de nuestros clientes, y por ello queremos seguir siendo una de las consultoras de referencia en la materia. Más que un binomio de moda, la inteligencia competitiva marca una dirección adecuada, un rumbo acertado y unos objetivos ligados a la superación, a la consolidación y al crecimiento.