Vivimos en entornos de permanentes desafíos donde, para hacer frente a los retos que se nos presentan, es positivo tomar nota del contexto en el que operamos. De otra forma, es fácil perderse en la complicada hoja de ruta que supone la creciente necesidad de la adquisición de competencias tecnológicas, replanteamiento de las unidades de negocio para atacar a un mercado eminentemente digital, o asunción de las componentes ligadas al empuje imparable de la Experiencia de Cliente; que además no son disciplinas estanco, sino que están interrelacionadas entre ellas para mayores dolores de cabeza de quienes han de gestionar el pulso de una empresa.
Por ello volvemos la cabeza hacia el recién publicado informe del Foro Económico Mundial (WEF, por sus iniciales en inglés), acerca de los riesgos regionales para hacer negocios, y nos fijamos especialmente en el caso europeo. El informe parte de una exhaustiva encuesta que se hace llegar a 12.000 responsables de negocios de todo el mundo, a los que se pide que evalúen y jerarquicen los que a su juicio son los mayores riesgos para el desarrollo económico, la competitividad y la generación de negocio.
En el informe del WEF, a cuya edición íntegra en PDF se puede acceder en este enlace, la referencia a Europa comprende los 28 países miembros de la Unión Europea y otros nueve países: Turquía y la mayoría de los Balcanes occidentales. El primer foco lo pone en el riesgo de los ciberataques, porque es el mayor aunque no de una forma consistente y coherente a lo largo de toda la «región» estudiada. Algo que en opinión del WEF y según sus propios datos, contrasta con las preocupaciones en otras regiones como América y Asia, donde sí consta claramente como principal riesgo. Es un dato relevante si tomamos en cuenta disciplinas de negocio como la inteligencia competitiva: posicionarse como líder en una materia que a nivel mundial es motivo de estudio y preocupación (la ciberseguridad), puede ser un vector de negocio que cabe explorar mientras otros están centrados en problemas que pueden formar parte del pasado.
«En toda la región, los ciberataques surgieron como el principal riesgo para hacer negocios, en gran parte como resultado de su prominencia en muchas de las economías más avanzadas de la región», señala el informe. 12 economías señalan este riesgo como el principal, pero no siempre donde nos podríamos imaginar. Así, mientras que Alemania y Reino Unido los ponen en primer lugar, para Francia e Italia las condiciones económicas y financieras internas fueron más preocupantes.
No es casual que en el caso del Reino Unido y Alemania la primera preocupación sea la ciberseguridad. Los ataques principales registrados en 2017, como el caso del ransomware WannaCry, afectó gravemente al sistema de salud del Reino Unido y al sistema ferroviario de Alemania. Cuando más duro es el golpe, más sensible parece la memoria.
Sin embargo, los encuestados franceses citaron el «desempleo y el subempleo» como el riesgo número uno para hacer negocios, y abundan en los «problemas estructurales de larga duración en el mercado laboral que los gobiernos sucesivos han tenido dificultades para enfrentar». En Italia, el riesgo número uno ha resultado ser el «fracaso del mecanismo financiero o la institución». Y ojo que no son los únicos que mencionan esta cuestión: en total, el «fracaso del mecanismo o institución financiera» se clasifica como uno de los cinco principales riesgos para las empresas en 18 países de la región, «lo que sugiere un importante nerviosismo residual posterior a la crisis por la salud del país», comenta en este sentido el informe.
«Otra señal de la inquietud posterior a la crisis en Europa», agrega en su resumen ejecutivo, es que el segundo mayor riesgo a nivel europeo son las “burbujas de activos”. Algo que surge como una preocupación particular en Europa Central, ocupando el primer lugar en la República Checa, Hungría y la República Eslovaca, y el segundo lugar en otros 12 países por toda la región, desde Irlanda hasta Chipre. Para el WEF, «el motor subyacente de este nerviosismo generalizado se encontrará probablemente en el papel desempeñado en la recuperación posterior a la crisis de Europa por parte de la política monetaria expansiva, especialmente en la zona euro, donde la decisión del Banco Central Europeo de comenzar a comprar activos a gran escala en 2015 marcó un momento crucial para el bloque. La preocupación potencial es que las compras de bonos del banco central pueden haber inflado artificialmente el valor de los activos en muchas clases, lo que aumenta la posibilidad de correcciones perjudiciales cuando, con el tiempo, la política monetaria comience a estrecharse».
El informe cita en ese sentido algo que en España conocemos bien: el mercado de la vivienda. Aunque no se cita el caso español se dan cifras que aportan una idea del panorama a nivel europeo: frente a la caída de precios de un 4,5% anual entre 2008 y 2015, el crecimiento desde entonces es a un ritmo medio del 13,7%, con tasas espectaculares en países como Hungría (39,5%), Letonia (33,1%), Irlanda (32,1%) y Portugal (29,5%). %).
El documento también califica como «sorprendente» que el «fracaso de la gobernanza nacional» se alce con la medalla de bronce, porque es un riesgo detectado en un entorno de «nivel relativo de desarrollo de la mayoría de los países de Europa», es sorprendente que el «fracaso de la gobernanza nacional». Ocupa el primer lugar en cuatro países (Bosnia y Herzegovina, Croacia, Grecia y Lituania), y el segundo lugar en otros cuatro (Malta, Portugal, Serbia y el Reino Unido). «El resultado en el Reino Unido es particularmente dramático», añade este estudio: «Hace un año, los encuestados evaluaron este riesgo como su séptima preocupación más importante. Su salto en el ranking ahora parece alinearse con los informes generalizados sobre las crecientes tensiones que el proceso de salir de la UE está poniendo en las instituciones políticas y gubernamentales del Reino Unido».
El fenómeno de «interrupción política» no viene solo determinado por el Brexit, ya que «numerosos países de la región ahora tienen que adaptar los patrones de gobierno a un nuevo entorno electoral caracterizado por el aumento de la fragmentación política, la polarización y el populismo». A los que se añade la cuestión migratoria, que «es probable que siga siendo una fuente de tensión dentro y entre los países de la región en los próximos años». Aunque solo se refleje en el noveno lugar del ranking europeo, ocupa el segundo lugar en Finlandia, Macedonia y Rumania, y el tercero en Austria, República Checa, Letonia, Noruega, Suecia y Suiza. Que no son pocos países.
¿Hacia dónde debe mirar Europa para ser competitiva? Los datos del Foro Económico Mundial sirven como una guía para competir más allá de la operativa diaria. Ojo con la ciberseguridad, ojo con nuestros activos y ojo con el cumplimiento normativo: pueden ser frenos, pero no excusas para ser empresas de nuestro tiempo. La mejor manera de conjurar el riesgo es saber que existe y operar en consecuencia, mediante la previsión, el análisis y la acertada asignación de recursos.
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