“La digitalización creará 1,2 millones de empleos en España”, “El 77% de las pymes ya ha iniciado su digitalización”, “Los resultados son más altos en las compañías que se han volcado en la digitalización”…
¿Realmente estamos preparados para la vorágine que nos viene encima?. Se avecina el temporal “Digitalización” y viene con ganas de quedarse y arrasar con aquellos que lo ignoren.
No podemos centrarnos en un sector, en un perfil profesional, en una tecnología concreta …el desafío es global. Nacen por doquier nuevos retos, y específicamente en el sector asegurador queda mucho recorrido si queremos salir triunfantes de este temporal.
Muchas veces se piensa que ser digital es tener una web “X”, estar presente en todas las RRSS habidas y por haber, o simplemente lanzar una aplicación móvil con nuestro logo que permita ver qué descuento tendremos en la próxima compra que realicemos. Tratemos el proceso de transformación digital como una oportunidad estratégica para anexionar nuevas tecnologías, pero principalmente nuevos razonamientos, que faciliten nuevas oportunidades y permitan un modelo de negocio más eficiente.
Pero, ¿por dónde empezamos?. Buena pregunta.
Según el informe de Axis Corporate “La transformación digital, una ventaja competitiva para las aseguradoras”; empezar por la gestión del cambio, la transformación de la cultura de la organización y la inversión económica serían los tres puntos clave para poder comenzar el recorrido (casi nada!).
Compañías que ya han iniciado su andadura, han enfocado el eje de su transformación digital en el cliente. Estudiémosle y analicémosle: qué quiere, qué necesita (y qué necesitará dentro de 3 meses y dentro de 3 años! ),…en definitiva “qué le pica”. Tratemos de mimarle y acompañarle mientras se encuentre bajo nuestro manto.
Sin embargo, muchas compañías se encuentran aún en una fase muy precoz desde el punto de vista del conocimiento del cliente. Hemos pasado del “Big Data” al “Smart data” y debemos emplear esta inteligencia para encontrar pautas de comportamiento y así, llegar a consolidar las relaciones con uno de los ejes más importante de la compañía: el cliente 3.0 ya está aquí y en cuestión de (poco) tiempo el 4.0 llamará a la puerta. ¡Pongámonos las pilas!
Lucía Palacios