«La transformación digital requiere un liderazgo fuerte para impulsar el cambio. Pero también requiere una visión de las partes de la empresa que desea transformar. El enfoque es importante. Las empresas mejor administradas identifican constantemente nuevas formas de redefinir la forma en que trabajan en la nueva era digital». El entrecomillado es del investigador principal del Instituto de Massachussetts de Tecnología (MIT), George Westerman, citado por People Matters en un fascinante análisis sobre metodologías de introducción de los procesos de transformación digital en las empresas.
Se trata de un amplio reportaje en dos bloques en el que se repasan las características principales de los modelos elaborados por consultoras especializadas, del calibre del ya mencionado MIT, Capgemini, Deloitte o Cisco. En definitiva, herramientas para medir el grado de penetración de la transformación digital de una empresa, para ubicar su evolución en marcos de referencia más o menos estandarizados y aceptados por la industria. En el caso del marco aportado por MIT y Capgemini de forma conjunta, por ejemplo, nos encontramos con un cuadrante con cuatro categorías que definen el estadio actual de una empresa: principiante, conservador, fashionista o digirati, que sería el nombre para las empresas punteras en la materia. En el caso de Deloitte, por poner otro ejemplo, se habla de 4 capas que estudian los siguientes aspectos: núcleo interno (conectar, colaborar, comunicar); tecnología; gobierno, riesgo y cumplimiento; y por último valor comercial medible.
Con estas propuestas metodológicas en mente, vale la pena detenerse en un reciente estudio de Dell que afirma con rotundidad que las empresas no están listas para la transformación digital. En su opinión, los líderes empresariales no están preparados para la «gigantesca transformación» que supondrán las tecnologías de automatización como la robótica y el aprendizaje automático. De hecho, el vicepresidente senior de la compañía, Mohammed Amin, cifra en hasta un 80% el número de empleos actuales que se verán «significativamente afectados» o directamente desaparecerán. «Los cambios están sucediendo tan rápido», agrega, que, «a veces, estamos un poco rezagados». Así pues, ni el entorno directivo ni la propia fuerza de trabajo están preparadas para este salto, que en no pocas ocasiones se percibe como un obstáculo.
Y de encuesta en encuesta, como corresponde a una materia que genera tanta controversia, resulta interesante pararse también en un estudio desarrollado por F5 Networks, por el cual 4 de cada 10 profesionales de IT ligados a entornos gubernamentales consideran que la transformación digital acelerarán las aplicaciones basadas en la nube. Resulta interesante reseñar esta investigación por dos motivos: uno, el elevado contenido técnico de la misma, que va más allá de las declaraciones de intenciones; y dos, su alcance, ya que se basa en preguntas realizadas a 300 funcionarios gubernamentales de todo el mundo. «Las organizaciones gubernamentales están cambiando hacia un gobierno digital, y con eso vemos a las organizaciones gubernamentales abrazar la nube, adoptando la automatización y la orquestación, y ajustando las estrategias de seguridad», indica el vicepresidente regional de ventas federales de F5, Peter Kersten, citado por ExecutiveBiz.
Una marea de innovaciones que está por venir y que vienen a confirmar la cada día más presente advertencia de que no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época. Según el estudio de Dell citado líneas arriba, los sectores clave de la industria que probablemente se verán más afectados por la transformación digital y la robótica pasan por la educación, el transporte, los recursos humanos, la logística, la cadena de suministro, la resolución de problemas de servicio al cliente, el marketing y la comunicación. Muchos de ellos, y no por casualidad, presentes en nuestra propia línea de servicios.
La transformación digital no es una realidad que se pueda desligar de los retos de la empresa actual. Se acompaña, se alimenta y se entiende en relación con ellos, y con ese enfoque multidisciplinar y abierto es precisamente como atendemos el trabajo con nuestros clientes.
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