Hace poco menos de un mes tomábamos nota en esta misma página del Informe de Inteligencia Competitiva y de Mercado de la firma especializada Crayon. Los datos correspondían al ejercicio 2018 y ya entonces anunciamos que «permaneceremos atentos a la actualización de este informe para comparar la evolución de un año a otro». Dicho y hecho, contamos ya con la edición 2019 del mismo, que nos permite identificar los principales puntos relevantes del mismo, a partir de su informe ejecutivo, elaborado esta vez sobre más de 1.000 entrevistas (frente a las 700 de la edición anterior):

1) Invertir en Inteligencia Competitiva no debería ser ya una tendencia reseñable. Pero sí cabe llamarla atención sobre el hecho de que se invierte en esta materia com una función específica. Según los datos recién actualizados, 4 de cada 5 empresas consultadas tienen al menos profesionales a tiempo parcial trabajando expresamente en Inteligencia Competitiva. En cómputo total de horas supone un incremento ligero pero indudable sobre los datos del año pasado, si bien es cierto que en la encuesta de 2018 la respuesta elevó este dato al 89%. Durante el año pasado muchos de esos equipos, que entonces estaban en fase de desarrollo o implantación, se consolidaron.

2) Nadamos en mares rojos, queramos o no. Según los datos recopilados por Crayon, los mercados son más competitivos que nunca. Hablamos de una media de 25 competidores de media por cada empresa contactada para la realización de la encuesta, en un entorno en el que la inmensa mayoría (87%) coincide en una cosa: el mercado se ha vuelto más competitivo en los últimos tres años. De hecho, se ha vuelto «mucho más competitivo», según casi la mitad de los encuestados (49%).

3) A pesar de que somos conocedores de la intensa y estrecha relación entre la Inteligencia Competitiva y la tecnología, las vías tradicionales de comunicación para compartir la inteligencia adquirida siguen ganando la partida. 6 de cada 10 lo hacen en vivo, en reuniones presenciales. Y 8 de cada 10 comunican por e-mail las conclusiones de sus investigaciones, ligeramente por debajo del nivel de las respuestas ofrecidas para la anterior encuesta: 81% frente al 84% de hace un año.

4) La Inteligencia Competitiva tiene campos de especial desarrollo. Y los tres ganadores son, en este momento de la industria: la mejora de las acciones en marketing; el impulso a las ventas; e informar sobre la estrategia de producto. Los esfuerzos en CI van a estas tres áreas de forma primordial. Es un avance sobre la tarea genérica de «investigación» que se llevó la medalla el año pasado.

5) Nada de lo anterior sería posible si no fuera porque los beneficios de la Inteligencia Competitiva están a la orden del día. Cuando se trata de programas exitosos, 9 de cada 10 (91%) señalan beneficios cuantitativos, y 19 de cada 20 (95%), beneficios cualitativos. Los datos son enormemente mayores que los de la edición anterior de la encuesta, que arrojaron unas cifras del 49% y el 61% respectivamente.

6) ¿Qué se entiende por programa exitoso? Para que las acciones en Inteligencia Competitiva tengan impacto, un elemento clave es compartir la inteligencia con frecuencia. La frecuencia es una parte consustancial del incremento de beneficios como resultado de la aplicación de los programas. Hasta el punto de que la inmensa mayoría de quienes comparten dicha inteligencia cada día respaldan esos resultados,

7) La práctica totalidad de los encuestados están de acuerdo en que la Inteligencia Competitiva es un factor crítico de éxito de las organizaciones: un 96% frente al 79% que respondió en el mismo sentido en la encuesta anterior. Un sentimiento compartido de forma «abrumadora» sin importar el departamento o el nivel ocupado por cada persona consultada.

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